¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tu cobija?

¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tu cobija?

¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tus mantas, plaids y colchas?

La limpieza del dormitorio es crucial para crear un ambiente confortable y propicio para el descanso. Sin embargo, cuando se trata de lavar artículos como mantas, colchas o cubrecamas, surgen muchas dudas. Aunque no están en contacto directo con la piel, acumulan polvo, sudor y pequeñas partículas de suciedad con el tiempo. Para mantener el dormitorio fresco y agradable durante todo el año, es fundamental cuidar bien de los textiles. Vamos a ver con qué frecuencia deberías lavar cada uno de estos elementos.

Manta: durabilidad y limpieza a lo largo de los años

Con la llegada del invierno, sacamos de los armarios las mantas cálidas y suaves. Ya sean naturales (de plumón y plumas) o sintéticas, requieren un cuidado especial. Aunque se cree que deben lavarse una vez al año, esta no es la única pauta a seguir.

Los expertos aconsejan limpiar la manta cada dos a cuatro años si no hay manchas visibles. No obstante, es importante airearla con regularidad, lo ideal sería hacerlo diariamente. Si acabas de adquirir una manta nueva, lávala antes del primer uso para eliminar cualquier residuo de fabricación y darle un aspecto limpio.

Manta: comodidad y aseo

Una manta no es solo un adorno, también nos proporciona calor en momentos acogedores. Debido a su uso frecuente, es necesario lavarla más seguido que una colcha.

Lo ideal es lavar la manta cada tres o cuatro meses. Si encuentras manchas, lo mejor es limpiarlas de inmediato para evitar que se incrusten en las fibras. Además, sigue las instrucciones del fabricante en la etiqueta.

Colcha: estética e higiene

Aunque la colcha suele tener un fin decorativo, no significa que deba lavarse cada varios años. También acumula polvo con el tiempo, sobre todo si tienes mascotas o la usas habitualmente.

Si rara vez entra en contacto con el cuerpo, puedes lavarla cada dos o tres meses. Sin embargo, si la usas frecuentemente, es mejor lavarla al menos una vez al mes y airearla regularmente.

Funda de colchón: cuidado y protección

La funda del colchón lo protege del polvo, bacterias e incluso derrames de líquidos. Aunque no toca directamente la piel, acumula suciedad con el tiempo.

Lo recomendable es lavarla una vez al mes o cada dos meses. Si sufres de alergias al polvo, sería mejor limpiarla más a menudo para reducir la cantidad de alérgenos en el dormitorio.

Almohadas y fundas de almohada: limpieza y salud

Las almohadas y fundas absorben polvo, sudor y aceites de la piel, lo que las convierte en un entorno ideal para los ácaros.

Se sugiere lavar las fundas de almohada al menos semanalmente. En cuanto a las almohadas, es aconsejable limpiarlas al menos dos veces al año, especialmente si están llenas de plumón o plumas. Sigue las instrucciones del fabricante para evitar dañar el relleno.

Manta decorativa: detalle pequeño, gran importancia

Aunque una manta decorativa se usa principalmente para embellecer, también acumula polvo y suciedad.

Para evitar que se llene de polvo, límpiala cada dos meses o más seguido si es necesario. Es importante sacudirla y airearla periódicamente.

¿Cuáles son los riesgos de no mantener la higiene de la ropa de cama?

No limpiar la ropa de cama con regularidad puede llevar a una acumulación de ácaros que se alimentan de células muertas. Esto puede causar estornudos, picazón en los ojos, moqueo nasal e incluso erupciones cutáneas.

Para los asmáticos, la falta de limpieza puede agravar los problemas respiratorios y causar opresión en el pecho. Además, el pelo de mascotas, polen y otros alérgenos se depositan fácilmente en los tejidos, causando incomodidad al dormir.

¿Cómo almacenar correctamente mantas, plaids y colchas?

Al cambiar la temporada, es fundamental guardar los textiles adecuadamente para que se mantengan frescos y sin olores extraños. Lo mejor es almacenarlos en un lugar seco, alejados de la luz solar y la humedad. Antes de guardarlos, deben ventilarse y, si es necesario, limpiarse con un cepillo suave.

No se recomienda el uso de bolsas de vacío para almacenamiento prolongado, ya que pueden dañar el relleno y causar malos olores. Lo ideal es usar fundas de algodón o bolsas de almacenamiento transpirables.

Conclusión

La limpieza y cuidado de la ropa de cama no solo es una cuestión de estética, sino también de salud. Con estos simples pasos, puedes asegurar un ambiente acogedor y seguro en tu dormitorio, logrando un descanso pleno y agradable.

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